Deja tu trabajo ama lo que haces
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Deja tu trabajo antes de que lo odies (o él te deje a ti)

Hoy estoy aquí para decirte que yo soy una excepción a la regla, y no es por presumir, muchas veces he sentido ganas de salir corriendo, dejar las cosas tiradas en mi trabajo, como tú, la diferencia es que cuando lo sentí lo hice y no miré atrás. Salvo para revisar lo que había aprendido.

No tiendo a regodearme en la lástima y en la quejadera, soy una persona que toma acción.

Puede que a veces me demore en realizar algunas cosas, pero no porque no esté en movimiento, sino porque hay factores que se me salen de las manos y que hacen que las cosas se retrasen un poco o porque no decirlo, porque a veces también procrastino y no me quejo por ello.

Bien, el asunto es que te voy a contar en este post cómo hacer para dejar tu trabajo antes de que lo odies y no morir cada día lentamente siguiendo en él.

Así te quedes sin un duro mientras buscas otra fuente de ingresos. Aunque bueno, hoy en día existen muchas maneras de ganar dinero en Internet, ya sea como WebCammer o como apostador, por mencionar solo algo. Si te gustan las apuestas páginas como ggbet es una excelente opción.

Primero que todo hay que ver las diferencias

Sé que la mayoría de las personas que leen este blog son españolas, pues bien, yo soy colombiana y durante 29 años viví en Colombia.

Trabajo desde los 19 años y en Colombia tuve tres trabajos únicamente. Uno durante 4 años y medio, otro durante 1 año y el último durante 9 años, de los cuales 6 años los trabajé de manera remota.

Esa es la experiencia que tengo trabajando para otros. Siendo empleada en un país donde no hay paro, ni apoyo al desempleo salvo tú mismo buscándote la vida cuando quieres dejar un trabajo o cuando te despiden de uno.

Ten en cuenta esto, porque en España las cosas son muy diferentes.

Aunque el desempleo está mucho más alto debido a la famosa “crisis económica”, el tema de tener un apoyo con el “paro” es maravilloso.

En Colombia esto no se tiene y quien deja un trabajo lo deja con una mano adelante y otra atrás.

Si ha podido ahorrar genial, pero esperar vivir del Gobierno mientras buscas otras opciones es impensable en este país.

¿Crees que tienes miedo, o nada de garantías, al dejar tu trabajo teniendo el paro? Imagina no tenerlo ¿Qué harías si no pudieras contar con un dinero seguro durante 3 meses o más?

Pues bien, partiendo de esa base te diré que yo he dejado mis trabajos porque he querido. En momentos de mi vida donde veía la necesidad de avanzar y encontraba que mi trabajo no me lo permitía.

Soy del pensar que uno trabaja muy bien para otros mientras encuentre una retribución que vaya mucho más allá del dinero. Porque el dinero con el tiempo cansa o se acaba pero el placer de hacer lo que te gusta perdura mucho más.

Mi experiencia laboral

Mi primer trabajo lo tuve en la ciudad de Cali, empecé como ayudante de recepción en un centro de servicio técnico. Luego pasé a ser recepcionista y luego creé un área que no existía de garantías y promoción que fue una pasada porque lo empecé de cero y fue un éxito maravilloso durante el tiempo que estuve allí.

Amaba mi trabajo y lo disfrutaba un montó a pesar de que era agotador, había mal ambiente muchas veces y la esposa de mi jefe era una pesadilla.

Puedo decir que allí aprendí a creer en mi, a defender mis puntos de vista y sacar adelante proyectos de la nada con bastante ingenio y mucha labia.

También aprendí que hay momentos en la vida donde es necesario aceptar que no todo lo puedes cambiar y hay que seguir adelante.

Fue fabulosa mi experiencia, pero un día empecé a descubrir que el trabajo no me llenaba lo suficiente.

Me cansé de madrugar, de trabajar de lunes a sábado y un domingo al mes y sentir que no estaba aprendiendo, así que antes de dejarlo todo me inscribí en una bolsa de empleo en la Universidad y pasé mi carta de renuncia.

Todo el mundo se sorprendió, desde mi familia que preocupados pensaban qué iba a hacer yo sin ahorros y sin trabajo, cuando aún estaba pagando mis estudios y viviendo en una ciudad donde no podía sostenerme un mes sin un peso en el bolsillo.

Me puse manos a la obra, insistí en la bolsa de empleo y fui a dos pruebas y varias entrevistas hasta que una semana antes de terminar mi trabajo me llamaron de una multinacional para trabajar con ellos medio tiempo durante 3 meses.

Fue una gran oportunidad, pasar de una empresa de 20 personas a una con 500, fue impresionante y una gran escuela para mi.

Esos tres meses se convirtieron en un año y habría podido quedarme allí más tiempo sino hubiese sido porque quise irme a vivir con mi novio que en ese entonces estaba en Bogotá.

En el 2004 me encaminé a Bogotá con una oferta de trabajo en una ONG un sueldo más bajo que el que tenía en Cali y un volver a empezar de cero en un lugar que no conocía.

En esa ONG estuve durante 9 años aprendiendo desde tolerancia, hasta aceptación y amor por los informes, las reuniones sin sentido y los jefes que se creen que tienen la respuesta a todo cuando solamente piden y piden y no hacen nada.

Dejé este trabajo porque tras nueve años llegó un momento en que no avanzaba, sentía que me estaba estancando y cuando me levanté un día y no quería trabajar, descubrí que tenía que cambiar, porque era eso o era trabajar por trabajar y yo no sirvo para esto último, porque sé que el desenlace final es odiar algo que durante mucho tiempo me encantaba.

Así que lo dejé y desde entonces hago lo que a mi me gusta, que es Traviajar.

Llevaba 6 años trabajando de manera remota, desde la comodidad de mi casa y organizando mi tiempo. Nada me iba a hacer volver a un trabajo de 8 am a 6 pm encerrada en una oficina.

Puede que este mes gane 100€ o puede que gane 500€, eso finalmente dependerá únicamente de mi y no de otros y eso ya es una gran ganancia y aunque puede parecerte que es más complicado y sobre todo más difícil de manejar, lo cierto es que es fabuloso cuando puedes llegar a ese nivel de libertad.

Mientras pueda mantenerme seguiré huyendo de la monotonía de una oficina e intentaré seguir con la vida que quiero vivir.

Una donde yo sea la dueña de mi tiempo y de lo que hago en cada momento del día.

Una donde yo elijo dónde trabajo y cuánto tiempo le dedico a cada cosa.

La vida no ha sido perfecta, ni lo creas y tampoco es que tenga poderes especiales para identificar cuándo va a pasar esto, el tema es que al parecer escucho mucho mi sexto sentido y he aprendido a identificar el momento exacto cuando es precioso dejarlo todo y volver a empezar.

Cómo saber si amas tu trabajo

Antes de pasar a los consejos es necesario saber si amas o no tu trabajo. En caso de que tengas dudas, piensa en esto que te ayudará a aclararte:

• Disfrutas yendo a trabajar

• Te levantas pensando en todo lo que tienes que hacer, pero no con mortificación sino con alegría

• El domingo te da pereza pensar en el lunes, pero cuando llega el lunes estás contenta porque vas a aprender algo en tu trabajo

• El sueldo es bueno, pero lo mejor es que no sientes que estás regalando tu tiempo, sino que es una inversión para un mejor futuro

• En casa, a veces piensas cosas que podrías hacer para mejorar en tu trabajo y eso no te frustra, por el contrario te hace ser más creativa y te da alegría

• Cuando alguien te pregunta dónde trabajas y qué haces puedes decirlo sin pensarlo mucho y siempre con una sonrisa en la cara

Como puedes ver, para mi la felicidad es la marca que define si amas o no tu trabajo.

Porque la felicidad es un estado que uno mismo decide tener o no y cuando se trabaja no siempre se es feliz, pero si haces un balance general podrás decirme qué porcentaje de tu estado de ánimo va en son de la felicidad o la frustración absoluta.

Cómo saber que es preciso dejar tu trabajo antes de que lo odies

Cuando no eres feliz trabajando es el momento de dejarlo. Es verdad. No hay más secretos.

¿Te cuesta identificar si eres o no feliz? Bien te daré algunas ideas:

  • Vives de mal genio todo el tiempo
  • Cualquier cosa te sube el ánimo por los cielos, respondes mal, estas huraño
  • Levantarte de la campara para ir a trabajar te cuesta
  • Estas comiendo mal
  • No haces ejercicio
  • Tu excusa para todo es “no tengo tiempo” o “tengo mucho trabajo”
  • Has dejado de compartir con tus amigos, familia y hasta con tu pareja, aunque vives con ella
  • No tienes un hobbie que vaya más allá de buscar maneras de hacer mejor tu trabajo
  • Cada que hablas de tu trabajo sientes un dolor en alguna parte de tu cuerpo
  • Te frustras por nada y por todo
  • Tienes dinero en la cuenta pero sientes que nunca es suficiente y necesitas más
  • ¿Quieres que siga? Seguro sabes cuáles son los demás síntomas.

Saber que algo no es para ti es muy sencillo, lo que pasa es que no queremos verlo, nos hacemos los tontos y preferimos ignorarlo y seguir con lo que conocemos, porque:

1) es más seguro y conveniente
2) si no lo hacemos ¿Qué vamos a hacer entonces? ¿Vivir nuevamente con nuestros padres? ¿Dejar de tener lo que tenemos?

¿Cómo dejar tu trabajo y seguir adelante sin morir en el intento?

Para poder seguir adelante, dejándolo todo, lo que debes hacer es crear algo que yo llamo un “colchón” que te permite tener un ahorro para poder depender de ti y sentir que estás en algo firme mientras pasa el chaparrón.

  • Antes de dejar tu trabajo busca opciones. Si quieres seguir trabajando para otros, pasa hojas de vida en otras empresas, escríbete en bolsas de empleo. Si quieres trabajar en tus propios proyectos, empieza a crear uno.
  • Ahorra. Antes de dejarlo todo empieza a ahorrar todo lo que puedas, vende lo que no necesites, vuélvete práctico y deja de gastarlo todo simplemente porque puedes. Sé previsivo.
  • Comunicación. Si vives con tu pareja habla con ella sobre este tema, no te guardes la frustración de estar en un mal trabajo por ser “valiente”, tal vez tu pareja pueda darte una mano y ser el apoyo que necesitas en ese momento.
  • Haz que cada día cuente. No permitas que tu depresión por querer dejarlo todo te arroye, haz que cada segundo de tu día cuente, haz contactos, envía hojas de vida, trabaja en tu proyecto. Muévete, porque si un día te quedas quieto puedes caer en el hoyo.
  • Fíjate metas. Por ejemplo si tienes que volver donde tus padres que no sea cosa de dos años, sino de un par de meses. Ahorra allí lo que más puedas y luego sal nuevamente. No te deprimas pensando en esta alternativa como un fracaso, será un fracaso sino te mueves y esperas que ellos solucionen tu vida.

Hay muchas personas que nacieron para ser empleadas, otras nacieron para crear sus propias vidas.

Ninguno de los dos lados tiene la verdad absoluta. La única realidad es la que tu estás viviendo y por ello deberías trabajar fuertemente en que esa realidad sea una pasada.

Ahora cuéntame ¿Qué haces cuando estás en un trabajo que no te gusta?

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